viernes, 15 de febrero de 2013

Declaración Política del ELN: Conclusiónes de la Reunión de Comandantes





Nota Editorial


Con profunda satisfacción, el Comando Central del ELN, informa a todos los guerrilleros y guerrilleras de Colombia, al pueblo y la sociedad entera, así como a sus amigos de la Comunidad Internacional, que en algún rincón de nuestra geografía patria, concluyó con pleno éxito, una reunión de comandantes del ELN.

Este evento democrático, con espíritu unitario y revolucionario, basado en las definiciones de su último congreso y a la luz del análisis del presente, enriqueció el Plan Nacional de Trabajo para seguir la acción popular y revolucionaria de los años venideros.

Fruto de este esfuerzo y muy a pesar de la acción enemiga, el evento se desarrolló a plenitud y produjo la Declaración Política que ponemos a su consideración de manera respetuosa.

Febrero 4 de 2013

Declaración Política del ELN

Comando Central - COCE

La comandancia del ELN, integrada por el Comando Central, la Dirección Nacional y los Comandantes Regionales, se reunió para conmemorar los 48 años del lanzamiento público del Ejército de Liberación Nacional, realizada con la histórica acción militar en la Población de Simacota, Santander, el 7 de enero de 1965.

Hoy, casi medio siglo después, los idearios que motivaron el alzamiento armado siguen vigentes y cobran mayor validez ante la ausencia de voluntad de la oligarquía para responder al clamor y esperanzas de las mayorías de Colombia.

Capitalismo: Crisis de Civilización

No existe ninguna duda que el capitalismo en los últimos 200 años, y su continuidad imperialista, encabezada por los Estados Unidos de Norteamérica, ha arrastrado a la humanidad a una crisis de civilización de proporciones descomunales que han colocado en riesgo la vida y la existencia misma del planeta.

La economía capitalista sustentada y dependiente de los combustibles fósiles, el consumo ilimitado de los recursos naturales, donde la finalidad es la acumulación de riqueza en unos pocos y el consumo desenfrenado, ha desencadenado complejos y casi imparables fenómenos, frente a los cuales el capitalismo es incapaz de ofrecer alternativas, pues su esencia depredadora se sustenta en la necesidad del aumento de la tasa de ganancia. Esta crisis de civilización se manifiesta en múltiples crisis: ecológica, energética, alimentaria, demográfica, urbana, intergeneracional, del agua, basuras y de valores, entre otras. La ciencia y la tecnología dejan ver sus limitaciones para resolver los requerimientos de la sociedad, porque responden a la lógica del mercado y del gran capital.

El mundo capitalista, el de los poderosos, pensaba que los fantasmas ya no volverían a recorrerlo, ahora no es el discurso mediático del “peligro comunista”, sino las grandes masas de desposeídos, de los sin empleo, de los olvidados, de los miserables que hoy se levantan con su indignación hecha fuerza social que exige cambios al desastre producido por el bárbaro capitalismo neoliberal. La globalización neoliberal ha globalizado la miseria y la desesperanza, pero al mismo tiempo ha globalizado la lucha en sus propios países, centro del capitalismo mundial. Ya no estamos en el fin de la historia, es evidente que el camino continúa y el capitalismo no será el punto de llegada, es algo diferente y está en construcción como obra de toda la humanidad.

Hoy la humanidad, los pueblos están en la construcción de una concepción renovada sobre la sociedad que requiere el presente y el futuro, nutriéndose de otras experiencias y saberes, entre estos el de los pueblos ancestrales. Un paradigma que reconcilie al ser humano con la naturaleza, que conciba el futuro como el buen vivir, que satisfaga las necesidades materiales y espirituales de la población, atendiendo que los recursos renovables y no renovables son de carácter limitado, y que futuras generaciones necesitarán de ellos.

A este nuevo camino se opone el imperialismo norteamericano y despliega sus tropas y armas por el mundo para adueñarse por medio de la guerra y todo tipo de intervenciones militares disfrazadas con siglas que son manejadas cuales marionetas. Un imperio en crisis se hace más peligroso y sanguinario, pese a ello los pueblos y sus esperanzas resisten, y un mundo cada día más consciente mira atento que el unipolarismo Yanqui va siendo desplazado gradualmente por iniciativas que se inclinan por la paz, la democracia y otro tipo de relaciones económicas y políticas.

El Continente de la Esperanza

En esta dirección camina Nuestra América, la que queda al sur del río Bravo. Esa por la que tanto batalló el Libertador Simón Bolívar, ha podido resistir a los planes imperiales y hoy bajo el liderazgo del Presidente Chávez los pueblos han aprendido a acariciar los sueños largamente negados. Junto a Venezuela, otros pueblos también han parido nuevos liderazgos que siguen apuntalando esta obra colectiva que se abre camino, con muchos colores y diversidad de experiencias. Nuevas instituciones internacionales como El ALBA, UNASUR, MERCOSUR y la CELAC, entre otras, van estrechando manos y fundando nuevas solidaridades.

El Imperio Yanqui persiste en hacer retroceder el curso de la historia, se prepara siempre para dar el zarpazo militar, y cuando las condiciones lo permiten no lo duda, aunque ahora lo haga disfrazándolos de “golpes suaves” no descansa en preparar la reconquista. Ya los pueblos lo saben, lo dicen Honduras y Paraguay, y las repetidas intententonas en Venezuela, Ecuador y Bolivia. Para eso cuenta con las oligarquías vende patrias de Chile, Perú, Colombia, Panamá y los que conforman el “Bloque del Pacífico”, donde Colombia sigue siendo la añorada “cabeza de playa” para frenar el sueño del Libertador.

Colombia... El Reto de la Paz

Colombia no podrá ser la excepción en esta búsqueda colectiva del continente del sur, por la libertad, la democracia y el bien vivir de nuestras gentes.

Luego de 8 años del gobierno mafioso y paramilitar de Uribe con su guerrerismo, que arrastró a todas las instituciones a la corrupción para favorecer a sus amigos y socios, llega el gobierno de Juan Manuel Santos a continuar la tarea de aniquilar el Movimiento Guerrillero por medio de los planes militares y a la vez para tratar de recuperar la institucionalidad deteriorada por su antecesor, buscando recomponer las alianzas de los sectores burgueses y paliar el aislamiento internacional.

Su plan de gobierno está centrado en servir a los intereses del capital transnacional, afectando seriamente el interés nacional con su modelo extractivista de los recursos naturales mineros-energéticos, que junto a los Tratados de Libre Comercio conducen al país a una grave desindustrialización, convirtiéndonos en exportadores de materias primas y en importadores de todo cuanto el país puede necesitar para subsistir.

Un país que en materia laboral a retrocedido un siglo, los trabajadores no cuentan con estabilidad laboral y menos con garantías de seguridad social. La persecución a los dirigentes sindicales dejan tres decenas de muertos al año, amenazas por centenares, así como la criminalización de la protesta popular.

La crisis social se profundiza, la salud padece de cáncer terminal, pues el interés al negocio prevaleció sobre el carácter de bien público, unos cuantos se enriquecieron y otros tantos paramilitares financiaron las masacres con los dineros que debían destinarse a cubrir la salud. La educación se pretende llevar por el mismo camino de la privatización, pero la resistencia creciente de los estudiantes, jóvenes y el conjunto de la sociedad lograron parar las leyes que Santos ha querido imponer.

La crisis del agro y la secuela de víctimas que dejó el despojo militar y paramilitar para favorecer a los terratenientes y transnacionales, sigue sin resolverse, y quiere engañarse al país con las llamadas “Ley de tierras” y “Ley de víctimas”, diciendo que serán la bondadosa solución de este gobierno, pero no son otra cosa que la legalización del despojo y la impunidad de los criminales.

Dura tarea le ha tocado al pueblo. Resistir y luchar ha sido la única alternativa para abrirse camino en medio de tanta barbarie e ignominia de la oligarquía y sus gobiernos. El Movimiento Popular en sus diversas expresiones: trabajadores, campesinos, indígenas, estudiantes, afrodescencientes, mujeres y pobladores se han hecho sentir con sus protestas y movilizaciones. En cada paso se construye el camino de la confluencia y la unidad, donde la esperanza se va tejiendo en los mandatos que vislumbran la Nueva Colombia, la de muchos colores, la de todos.

Estos gobiernos oligárquicos sólo le ofrecen al pueblo guerra o rendición, y que las cosas sigan igual, pero la sociedad en su conjunto ha tomado partido por la salida política, que conduzca a la sociedad a una transformación de sus estructuras de injusticia e inequidad, y se abra paso a la construcción de la democracia, donde las mayorías dejen de ser las excluidas de siempre.

La Insurgencia: Compromiso de Futuro

La insurgencia como parte de la lucha popular, también le ha tocado resistir a una máquina de guerra que tiene el apoyo, el dinero, la tecnología y las armas del más grande y poderoso imperio en toda la historia de la humanidad, no ha sido fácil, pero somos una guerrilla que aprende de cada combate y ha echado profundas raíces en las comunidades de esta geografía nacional, de donde nos erguimos para continuar el camino.

Aunque en las Organizaciones Insurgentes aún persisten diferencias y han sido muchas las dificultades que produjeron los irracionales y nefastos enfrentamientos ya superados; hoy, estamos avanzando en estrechar el caminar conjunto de las guerrillas y hemos comprendido que la Unidad insurgente y popular son la garantía de un futuro victorioso.

Esta reunión de Comandantes del Ejército de Liberación Nacional, se ha nutrido con nuevas reflexiones para avanzar más unidos que nunca, más firmes en el compromiso con nuestro pueblo, con esta Colombia que tanto amamos. En tal sentido ha reafirmado una vez más su compromiso por la salida política al conflicto y su disposición a trabajar por ella, entendida como un camino que se construye conjuntamente con la sociedad, donde ella es su principal protagonista.

La paz no es un camino fácil, pero es necesario transitarlo, estamos listos para hacerlo, pero no será el camino de la entrega ni la rendición, ha de ser el camino que nos lleve a otra realidad de Colombia, por la que hemos luchado y seguiremos luchando Quienes resisten y luchan contra los poderes injustos, siempre logran la victoria, porque sus sueños anidan en los corazones de los pueblos.

Montañas de Colombia
Enero de 2013 

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