miércoles, 27 de febrero de 2013

La Geopolítica de la Paz en Colombia





Por ELN


El ELN siempre ha sostenido que la guerra de Colombia - al igual que todas las demás guerras del mundo - obedece razones estructurales. “La |prolongación de política por otros medios”, al decir de Von Clausewitz. Ellas no son el resultado del capricho de los actores armados; dicho de otra manera, no hay guerras porque hay guerreros; éstos son consecuencia y no causa.

No obstante, la lógica maniquea que siempre ha empleado el Estado colombiano respecto a una posible paz para el país es la siguiente: al eliminar uno de los actores armados (en este caso, la insurgencia), la guerra termina. A esto se le llama “pacificación”, que se logra históricamente por una combinación de dos estrategias: la vía militar seguida por la vía de la mesa de diálogo.

Frecuentemente, estas dos se combinan como sucede ahora con la actual mesa de negociación, o cómo sucedió en los diálogos de paz de El Salvador o en el Caguan.

Esta ruta la han seguido todos los presidentes colombianos que protagonizaron procesos de diálogo desde 1982: Cada mandato presidencial se dividió en dos: dos años de paz, seguidos por dos años de guerra (Betancourt, Gaviria, Pastrana, Uribe) o el modelo invertido: dos años de guerra seguido por dos años de paz (Barco, Santos). En cualquier caso, la apuesta ha sido siempre la misma: “la combinación de las formas de lucha” como estrategia contrainsurgente diseñada para lograr la desmovilización y desarme de la insurgencia. Los procesos de diálogo, desde la perspectiva del Estado, al formar parte de la estrategia general de contrainsurgencia no son más que una continuidad de la guerra.

Para comprender la guerra y, por ende, para empezar a dimensionar objetivamente los caminos de una paz duradera, hay que mirar más allá de los actores, y fijar la mirada en las causas estructurales. Éstas obedecen no solamente a la dinámica histórica de confrontación de clase que ha padecido Colombia desde más de un siglo, sino del creciente valor geoestratégico y geopolítico que ha adquirido nuestra patria desde finales del Siglo XIX.

Colombia geoestratégica

Colombia ha representado desde el siglo XIX un inmenso valor geoestratégico para el poder imperial del norte. Goza de acceso a dos mares, es la “bisagra” entre Mesoamérica y América del sur, vigila al canal interoceánico de Panamá, goza de amplias reservas de petróleo y biodiversidad y es un país riquísimo en recursos minerales.

Por ello, el imperialismo norteamericano siempre ha utilizado Colombia como una plataforma para su proyecto de guerra. Miremos los hechos:

En la Guerra de los Mil Días (1899-1902), los Estados Unidos tuvieron una injerencia significativa, al proveer armas a los contendientes y atizar las llamas de la conflagración civil que dejó hecho trizas a la sociedad colombiana. El resultado concreto fue la escisión de Panamá de Colombia y el apoderamiento del canal interoceánico por parte de los EE.UU. Vale notar que el pacto que puso fin a esta guerra fue firmada en el acorazado estadounidense, el “Wisconsin”.

Abril 1948, fecha que recordamos por el asesinato de Gaitán, marcó el inicio de la Guerra Fría en América Latina. La visita a Colombia del general Marshall de EE.UU, con el fin gestionar la creación de lo que sería la Organización de Estados Americanos (OEA) y alinear las naciones de América Latina en la gran cruzada anti-comunista mundial, da constancia de que Colombia ha sido desde mucho un PROYECTO DE GUERRA de los Estados Unidos y la oligarquía colombiana.

La guerra ha sido la forma predilecta de lograr la dominación, control y acumulación capitalista para Colombia y para la región caribeña-andina-mesoamericana desde hace más de un siglo y por ello se debe considerar como un proyecto estructural de raíces profundas y de largo alcance.

No es casual que a escasamente un año de la primera elección de Hugo Chávez a la presidencia de Venezuela (1998) se anuncia la creación del Plan Colombia (1999), un plan supuestamente contra-narcótico, pero en realidad contrainsurgente, que fue diseñado y redactado en Washington y no en Bogotá. Además del apoyo económico-militar directo para las fuerzas represivas de nuestra patria, el Plan Colombia significó también un despliegue de pequeñas bases de avanzada (Forward Operating Locations FOL), logrando un posicionamiento estratégico en la región del Andina, la Cuenca Amazónica y el Gran Caribe.

Desde el surgimiento del bloque progresista de naciones (Venezuela (1998), Bolivia (2005), Ecuador (2006), entre los casos más destacados) el imperio del norte le otorga mayor peso a Colombia como plataforma contrainsurgente continental; la concibe como una base desde la cual se pueden desplegar los planes desestabilizadores por toda la región andina y sudamericana.

El Plan Colombia prontamente fue redimensionado y rebautizado como Iniciativa Regional Andina (IRA) y en 2009, los Estados Unidos pactaron con el gobierno de Álvaro Uribe Vélez la implantación de 7 bases militares yanquis en territorio nacional. Es decir, en el lapso de una década (1999-2009), Colombia se reingenierizó como un verdadero andamiaje contrarrevolucionario para la región.

Formando parte de la Alianza para el Pacífico, iniciativa impulsada los EE.UU, Colombia ahora juega parte en la estrategia de posicionamiento del imperialismo en el Pacífico, como parte del proyecto estratégico de contención de la expansión China.

Un dato más: gracias en gran medida a los casi 6 mil millones de dólares de “ayuda” estadounidense, y la designación del 6% del PIB de la nación a la defensa y seguridad, las fuerzas armadas colombianas aumentaron en tamaño hasta contar con 500 mil efectivos, convirtiendo al ejército de Colombia en el más grande del hemisferio después de los EE.UU. Obviamente, ese despliegue militar tiene objetivos que rebasan las fronteras colombianas y trascienden lucha contra-guerrillera nacional.

La pregunta del millón

Ante todo lo anterior urge plantearnos la siguiente pregunta: ¿Se desactivará todo ese andamiaje militar en caso de una posible firma de la paz con la insurgencia? ¿Se desmilitarizará Colombia y la región?

Vale señalar que con el fin de la Guerra Fría los presupuestos militares, antes de disminuir, aumentaron y los conflictos bélicos se multiplicaron por el planeta. Desde inicios de los 1990, el complejo militar industrial y los traficantes de armas obtuvieron astronómicas ganancias.

Si bien la frontera norte de Colombia – en términos geográficos – es Panamá, en sentido político, son los EE.UU. ¿Cuál es el interés del imperialismo norteamericano en una solución política negociada a la guerra interna de Colombia?.

Los intereses en la paz del imperialismo y la oligarquía

Conseguir la solución política no implica necesariamente la desmilitarización de Colombia o la región, de la misma manera que el fin de la Guerra Fría no significó mayor paz para el mundo, sino la intensificación de las conflagraciones bélicas.

La oligarquía tradicional colombiana, representada fielmente por JM Santos, busca la modernización capitalista del país y entiende que el negocio los miles de millones en inversión extranjera directa, prometidos por empresas y gobiernos, y las millones de hectáreas proyectadas para el saqueo minero, venta de biodiversidad y producción de biocombustibles, no puede fructificar mientras el movimiento insurgente (y agregaríamos, las comunidades en resistencia, en general), no cede su influencia sobre los territorios estratégicos del país.

El éxito de las “locomotoras” de desarrollo del gobierno de Santos, va a depender la insurgencia desaparezca como obstáculo.

El imperialismo, a su vez, parece estar ejecutando una nueva estrategia del Pentágono para la dominación militar. El abismo fiscal en el que ha caído el imperio no le permite desplegar tropas y gran infraestructura militar por todo el planeta, como lo ha hecho en Irak y Afganistán. Ya no puede continuar financiando proyectos como el Plan Colombia. Tiene que reducir gastos y a la vez ganar en agilidad y efectividad. La reingeniería del Pentágono parece estar caminando en esa dirección.

No obstante, el complejo militar-estadounidense sigue fabricando armas y seguirá necesitando de guerras y conflictos para poder vender sus arsenales. Donde no existen, seguro los crearán.

El papel de la crisis capitalista

La clase dirigente colombiana entiende bien que el capitalismo va resolviendo su crisis retornando a la “acumulación originaria”, al decir del viejo Marx, que no es otra cosa que la “acumulación por despojo” de tierras, territorios y recursos.

Los recursos primarios (commodities) y la tierra misma se han convertido en un nicho especulativo para el capital financiero, permitiendo una revitalización del sistema financiero mundial. El resultado son altísimos precios de materias primas, minerales estratégicos, alimentos y de las tierras mismas. En gran medida, a esto se deben las tasas de crecimiento económico que gozan los países de Nuestra América.

El extractivismo como motor modelo de crecimiento económico implica mayores presiones sobre los territorios. A mayor presión, mayor resistencia social y comunitaria. Es por ello que David Harvey, geógrafo y teórico marxista, plantea que “la acumulación por despojo” tiene que ser necesariamente una “acumulación militarizada”, ya que las grandes inversiones de las transnacionales, que son el motor de la recomposición capitalista, necesitan proteger sus inversiones de todas las formas de resistencia que provocan.

Las guerras de hoy, como es el caso del reciente asalto francés y estadounidense a Mali, tienen como telón de fondo la lucha por el control de los recursos estratégicos.

En conclusión

Es improbable que una paz firmada en la mesa de negociaciones conlleve a la des-militarización de Nuestra América y que desactive el complejo militar-industrial. Eso solo se logrará mediante la transformación de las causas estructurales que son el motor de todas las guerras.

Es por ello que el ELN seguirá insistiendo en que la paz es más que el “fin de la guerra”; es luchar por transformaciones estructurales y en defensa de las comunidades en resistencia es la esencia de nuestro compromiso de NUPALOM (NI UN PASO ATRÁS, LIBERACIÓN O MUERTE).

Pero esa no es una tarea que le compete única y exclusivamente al pueblo colombiano. Solamente el concurso de todos los pueblos del continente, avanzando hacia un horizonte superador del capitalismo, modificará las raíces que fomentan las guerras y los conflictos en Nuestra América.

Los pueblos de Nuestra América deben tener conciencia que sus destinos están atados a la lucha paz en Colombia 

viernes, 15 de febrero de 2013

Declaración Política del ELN: Conclusiónes de la Reunión de Comandantes





Nota Editorial


Con profunda satisfacción, el Comando Central del ELN, informa a todos los guerrilleros y guerrilleras de Colombia, al pueblo y la sociedad entera, así como a sus amigos de la Comunidad Internacional, que en algún rincón de nuestra geografía patria, concluyó con pleno éxito, una reunión de comandantes del ELN.

Este evento democrático, con espíritu unitario y revolucionario, basado en las definiciones de su último congreso y a la luz del análisis del presente, enriqueció el Plan Nacional de Trabajo para seguir la acción popular y revolucionaria de los años venideros.

Fruto de este esfuerzo y muy a pesar de la acción enemiga, el evento se desarrolló a plenitud y produjo la Declaración Política que ponemos a su consideración de manera respetuosa.

Febrero 4 de 2013

Declaración Política del ELN

Comando Central - COCE

La comandancia del ELN, integrada por el Comando Central, la Dirección Nacional y los Comandantes Regionales, se reunió para conmemorar los 48 años del lanzamiento público del Ejército de Liberación Nacional, realizada con la histórica acción militar en la Población de Simacota, Santander, el 7 de enero de 1965.

Hoy, casi medio siglo después, los idearios que motivaron el alzamiento armado siguen vigentes y cobran mayor validez ante la ausencia de voluntad de la oligarquía para responder al clamor y esperanzas de las mayorías de Colombia.

Capitalismo: Crisis de Civilización

No existe ninguna duda que el capitalismo en los últimos 200 años, y su continuidad imperialista, encabezada por los Estados Unidos de Norteamérica, ha arrastrado a la humanidad a una crisis de civilización de proporciones descomunales que han colocado en riesgo la vida y la existencia misma del planeta.

La economía capitalista sustentada y dependiente de los combustibles fósiles, el consumo ilimitado de los recursos naturales, donde la finalidad es la acumulación de riqueza en unos pocos y el consumo desenfrenado, ha desencadenado complejos y casi imparables fenómenos, frente a los cuales el capitalismo es incapaz de ofrecer alternativas, pues su esencia depredadora se sustenta en la necesidad del aumento de la tasa de ganancia. Esta crisis de civilización se manifiesta en múltiples crisis: ecológica, energética, alimentaria, demográfica, urbana, intergeneracional, del agua, basuras y de valores, entre otras. La ciencia y la tecnología dejan ver sus limitaciones para resolver los requerimientos de la sociedad, porque responden a la lógica del mercado y del gran capital.

El mundo capitalista, el de los poderosos, pensaba que los fantasmas ya no volverían a recorrerlo, ahora no es el discurso mediático del “peligro comunista”, sino las grandes masas de desposeídos, de los sin empleo, de los olvidados, de los miserables que hoy se levantan con su indignación hecha fuerza social que exige cambios al desastre producido por el bárbaro capitalismo neoliberal. La globalización neoliberal ha globalizado la miseria y la desesperanza, pero al mismo tiempo ha globalizado la lucha en sus propios países, centro del capitalismo mundial. Ya no estamos en el fin de la historia, es evidente que el camino continúa y el capitalismo no será el punto de llegada, es algo diferente y está en construcción como obra de toda la humanidad.

Hoy la humanidad, los pueblos están en la construcción de una concepción renovada sobre la sociedad que requiere el presente y el futuro, nutriéndose de otras experiencias y saberes, entre estos el de los pueblos ancestrales. Un paradigma que reconcilie al ser humano con la naturaleza, que conciba el futuro como el buen vivir, que satisfaga las necesidades materiales y espirituales de la población, atendiendo que los recursos renovables y no renovables son de carácter limitado, y que futuras generaciones necesitarán de ellos.

A este nuevo camino se opone el imperialismo norteamericano y despliega sus tropas y armas por el mundo para adueñarse por medio de la guerra y todo tipo de intervenciones militares disfrazadas con siglas que son manejadas cuales marionetas. Un imperio en crisis se hace más peligroso y sanguinario, pese a ello los pueblos y sus esperanzas resisten, y un mundo cada día más consciente mira atento que el unipolarismo Yanqui va siendo desplazado gradualmente por iniciativas que se inclinan por la paz, la democracia y otro tipo de relaciones económicas y políticas.

El Continente de la Esperanza

En esta dirección camina Nuestra América, la que queda al sur del río Bravo. Esa por la que tanto batalló el Libertador Simón Bolívar, ha podido resistir a los planes imperiales y hoy bajo el liderazgo del Presidente Chávez los pueblos han aprendido a acariciar los sueños largamente negados. Junto a Venezuela, otros pueblos también han parido nuevos liderazgos que siguen apuntalando esta obra colectiva que se abre camino, con muchos colores y diversidad de experiencias. Nuevas instituciones internacionales como El ALBA, UNASUR, MERCOSUR y la CELAC, entre otras, van estrechando manos y fundando nuevas solidaridades.

El Imperio Yanqui persiste en hacer retroceder el curso de la historia, se prepara siempre para dar el zarpazo militar, y cuando las condiciones lo permiten no lo duda, aunque ahora lo haga disfrazándolos de “golpes suaves” no descansa en preparar la reconquista. Ya los pueblos lo saben, lo dicen Honduras y Paraguay, y las repetidas intententonas en Venezuela, Ecuador y Bolivia. Para eso cuenta con las oligarquías vende patrias de Chile, Perú, Colombia, Panamá y los que conforman el “Bloque del Pacífico”, donde Colombia sigue siendo la añorada “cabeza de playa” para frenar el sueño del Libertador.

Colombia... El Reto de la Paz

Colombia no podrá ser la excepción en esta búsqueda colectiva del continente del sur, por la libertad, la democracia y el bien vivir de nuestras gentes.

Luego de 8 años del gobierno mafioso y paramilitar de Uribe con su guerrerismo, que arrastró a todas las instituciones a la corrupción para favorecer a sus amigos y socios, llega el gobierno de Juan Manuel Santos a continuar la tarea de aniquilar el Movimiento Guerrillero por medio de los planes militares y a la vez para tratar de recuperar la institucionalidad deteriorada por su antecesor, buscando recomponer las alianzas de los sectores burgueses y paliar el aislamiento internacional.

Su plan de gobierno está centrado en servir a los intereses del capital transnacional, afectando seriamente el interés nacional con su modelo extractivista de los recursos naturales mineros-energéticos, que junto a los Tratados de Libre Comercio conducen al país a una grave desindustrialización, convirtiéndonos en exportadores de materias primas y en importadores de todo cuanto el país puede necesitar para subsistir.

Un país que en materia laboral a retrocedido un siglo, los trabajadores no cuentan con estabilidad laboral y menos con garantías de seguridad social. La persecución a los dirigentes sindicales dejan tres decenas de muertos al año, amenazas por centenares, así como la criminalización de la protesta popular.

La crisis social se profundiza, la salud padece de cáncer terminal, pues el interés al negocio prevaleció sobre el carácter de bien público, unos cuantos se enriquecieron y otros tantos paramilitares financiaron las masacres con los dineros que debían destinarse a cubrir la salud. La educación se pretende llevar por el mismo camino de la privatización, pero la resistencia creciente de los estudiantes, jóvenes y el conjunto de la sociedad lograron parar las leyes que Santos ha querido imponer.

La crisis del agro y la secuela de víctimas que dejó el despojo militar y paramilitar para favorecer a los terratenientes y transnacionales, sigue sin resolverse, y quiere engañarse al país con las llamadas “Ley de tierras” y “Ley de víctimas”, diciendo que serán la bondadosa solución de este gobierno, pero no son otra cosa que la legalización del despojo y la impunidad de los criminales.

Dura tarea le ha tocado al pueblo. Resistir y luchar ha sido la única alternativa para abrirse camino en medio de tanta barbarie e ignominia de la oligarquía y sus gobiernos. El Movimiento Popular en sus diversas expresiones: trabajadores, campesinos, indígenas, estudiantes, afrodescencientes, mujeres y pobladores se han hecho sentir con sus protestas y movilizaciones. En cada paso se construye el camino de la confluencia y la unidad, donde la esperanza se va tejiendo en los mandatos que vislumbran la Nueva Colombia, la de muchos colores, la de todos.

Estos gobiernos oligárquicos sólo le ofrecen al pueblo guerra o rendición, y que las cosas sigan igual, pero la sociedad en su conjunto ha tomado partido por la salida política, que conduzca a la sociedad a una transformación de sus estructuras de injusticia e inequidad, y se abra paso a la construcción de la democracia, donde las mayorías dejen de ser las excluidas de siempre.

La Insurgencia: Compromiso de Futuro

La insurgencia como parte de la lucha popular, también le ha tocado resistir a una máquina de guerra que tiene el apoyo, el dinero, la tecnología y las armas del más grande y poderoso imperio en toda la historia de la humanidad, no ha sido fácil, pero somos una guerrilla que aprende de cada combate y ha echado profundas raíces en las comunidades de esta geografía nacional, de donde nos erguimos para continuar el camino.

Aunque en las Organizaciones Insurgentes aún persisten diferencias y han sido muchas las dificultades que produjeron los irracionales y nefastos enfrentamientos ya superados; hoy, estamos avanzando en estrechar el caminar conjunto de las guerrillas y hemos comprendido que la Unidad insurgente y popular son la garantía de un futuro victorioso.

Esta reunión de Comandantes del Ejército de Liberación Nacional, se ha nutrido con nuevas reflexiones para avanzar más unidos que nunca, más firmes en el compromiso con nuestro pueblo, con esta Colombia que tanto amamos. En tal sentido ha reafirmado una vez más su compromiso por la salida política al conflicto y su disposición a trabajar por ella, entendida como un camino que se construye conjuntamente con la sociedad, donde ella es su principal protagonista.

La paz no es un camino fácil, pero es necesario transitarlo, estamos listos para hacerlo, pero no será el camino de la entrega ni la rendición, ha de ser el camino que nos lleve a otra realidad de Colombia, por la que hemos luchado y seguiremos luchando Quienes resisten y luchan contra los poderes injustos, siempre logran la victoria, porque sus sueños anidan en los corazones de los pueblos.

Montañas de Colombia
Enero de 2013 

ELN: La vigencia de Camilo Torres, a 47 años de su caída en combate

Camilo Torres Restrepo



“Los que aman la vida, guardan la memoria.”
Subcomandante insurgente Marcos, EZLN

La Vigencia de Camilo


Por Jorge Castro Mejia, ELN de Colombia

El 15 de febrero del 1966, en las horas de la mañana, hace 47 años, Camilo Torres Restrepo cayó en combate. Isabelita, su madre, diría años después: “Camilo nació el día que lo mataron.”

Los colombianos patriotas y revolucionarios tenemos la responsabilidad de ubicar a nuestros héroes y mártires en su justa dimensión en la historia. Después de haber nacido en una cuna de familia acomodada, estudio y consagró su vida a los humildes, desde su sacerdocio, como académico y fundador de la facultad de Sociología en la Universidad Nacional de Bogotá, junto a Orlando Fals Borda, Eduardo Umaña Luna y otros tantos ilustres profesores que compartieron su vida universitaria, hasta que trascendió como líder popular y revolucionario, liderando el FRENTE UNIDO, donde confluyeron todas las organizaciones de izquierda hasta incorporarse a las filas del Ejército de Liberación nacional en 1965.

La oligarquía colombiana ha pretendido silenciar y tergiversar la vida y obra del Sacerdote, académico, dirigente popular y guerrillero, Camilo Torres Restrepo, a quien en vida combatió hasta su muerte. Mientras que las nuevas generaciones buscamos dentro de sus escritos, líneas para su accionar en diversas partes del país, el continente y el mundo.

Lo estudian y actualizan por ejemplo en Argentina en el nuevo libro: “Camilo Torres Restrepo: El amor eficaz” de 2010, escrito por Claudia Korol, Kelly Pena y Nicolás Herrera. Dice en su introducción: “A la memoria de Camilo Torres Restrepo, fundador del Socialismo Raizal e impulsor de los primeros esfuerzos para alcanzarlo en Colombia”

Camilo en sus investigaciones, al igual que Jorge Eliecer Gaitán, llegaron a la misma conclusión; “los generadores de violencia en Colombia son la oligarquía, junto a los grupos de presión”. El concepto de “grupos de presión” de Camilo Torres Restrepo: “es el conjunto de individuos que determinan las decisiones de política nacional.”

En una sociedad especializada, los “grupos de presión” no ejercen necesariamente el poder de una manera formal. Puede haber funcionarios de estos grupos que ejercen ese poder oficialmente en cargos públicos en función de los intereses de los “grupos de presión”. Por lo tanto, buena parte del poder real reside en estos grupos. Este poder real tendrá un carácter democrático en el caso de que los grupos de presión sean mayoritarios y tendrá un carácter oligárquico en el caso de que estos mismos grupos sean minoritarios.

En Colombia, el acceso a formar parte de los “grupos de presión” está controlado por una pequeña minoría que constituye el único grupo de presión verdadero, ya que de él dependen las decisiones realmente importantes para mantener las estructuras vigentes. Este “grupo de presión” minoritario por medio del poder económico, controla los demás poderes: el poder cultural, el político formal, el burocrático, el militar, (la mafia diría hoy) y el eclesiástico.

Camilo fue enfático en afirmar: “Estoy convencido que es necesario agotar todas las vías pacíficas y que la última palabra sobre el camino que hay que escoger no pertenece a la clase popular, ya que el pueblo, que constituye la mayoría, tiene derecho al poder. Es necesario mas bien preguntarle a la oligarquía como va a entregarlo; si lo hace de manera pacífica, nosotros lo tomaremos igualmente de una manera pacífica, pero sino piensa entregarlo o lo piensa hacer violentamente nosotros lo tomaremos violentamente”.

Luego de su muerte en combate el 15 de febrero de 1966 en Patio Cemento, Santander, llegaron 3 sacerdotes españoles en 1968: Manuel Pérez Martínez, Domingo Laín Sáenz y José Antonio Jiménez Comín para seguir sus huellas, las de la libertad.

Camilo Torres, como el Che Guevara o Salvador Allende, está sin dudas en el alma encantada del continente desde los años 60 y 70. De la misma manera como están hoy Fidel, Chávez, Evo. Esa alma encantada nos sigue animando, nos seduce y llena de vitalidad.

Tienen muchas causas y razones en común, Camilo Torres y el Che con su fusil en el monte, y Salvador Allende, con el fusil que le regalara Fidel, disparando en La Moneda. Ninguno se equivocó de camino, ni utilizó una metodología errada, solo cumplieron con la historia junto a su pueblo en el momento propicio que se los necesitaba y no vacilaron.

Pero tuvo que existir un ser ejemplar en la historia de la humanidad como lo fue Jesús, quien habitó en Palestina, que fue conquistada por los romanos a partir del año 63 A.C., era un país afectado por múltiples convulsiones políticas y sociales desde la fundación del reino Macabeo en el siglo II A.C.

Jesús era del linaje de David, o sea de la tribu de Judá. Como antiguamente el rey David había depuesto a Saúl, de la tribu de Benjamín, los descendientes de éste consideraban a Jesús como un posible usurpador. Tras la conquista de los romanos por Pompeyo, Roma instaló en Palestina un gobierno títere, del linaje herodiano, que no era judío, sino árabe. Del 63 al 37 A.C. gobernó Antipater, sucediéndole después su hijo, Herodes el Grande, hasta el año 4 A.C.

En el año 6 D.C., el país se dividió administrativamente en provincias. Galilea fue gobernada por Herodes Antipaz. Constituía un centro de poder judío, con ideas de secesión contra el poder romano. Judea, con Jerusalén como su capital secular y espiritual, quedó bajo el gobierno directo de Roma.

Tenía un Consejo religioso en el Templo, y a Cesárea como puerto importante. Los romanos actuaron bárbaramente, saquearon el templo, crucificaron a más de tres mil rebeldes y aplicaron fuertes impuestos.

Del 26 al 36 D.C. el procurador de Judea fue Poncio Pilatos quien contra lo relatado en la Biblia, era un hombre cruel y corrompido, que aumentó los abusos anteriores.

Existía en Palestina un mundo multireligioso y con numerosas sectas que esperaban la llegada del Mesías davídico. Una de ella la constituían los “Saduceos”, poco numerosos pero ricos, que colaboraban con los romanos. Otro grupo era el de los “Fariseos”, progresistas, que reformaron gran parte del judaísmo y se oponían pasivamente a Roma. Los “Esenios”, secta austera y mística, que ayudaba al cuidado de los enfermos. La de los “Nazaritas”, que tuvo antiguamente entre sus seguidores a Sansón, se caracterizaban por tener túnica blanca y barbados; ambos opositores a los romanos.

Hubo otras sectas menos importantes; pero existió un grupo creado en el año 6 D.C., por un rabino fariseo llamado Judas de Gamala o de Galilea. Lo componían fariseos y esenios y formaban un movimiento armado, eran los “Zelotes” (guerrilleros de esa época), cuyas armas eran las dagas o cuchillos y espadas. Durante la época de la vida pública de Jesús desplegaron una gran actividad política radical. Dirigidos por Judas de Galilea, se rebelaron contra Roma, pero fracasaron. Su jefe fue asesinado y más de dos mil seguidores fueron crucificados.

El movimiento social, político y cultural que Jesús conformó, fue junto a los esenios y zelotes; cuya corta vida pública fue tan sola de 3 años, hasta su captura y muerte. Igual que Camilo, fue una estrella fugaz que quedó iluminando para siempre.

Camilo entendió y llevó cabo la Teología de la Liberación y en el momento que su pueblo le exigió asumir su liderazgo lo asumió, hasta entregar su vida de manera generosa para salvar a muchos y darnos ejemplo de amor por la humanidad. 

martes, 5 de febrero de 2013

Rueda de prensa de la comisión facilitadora civil para los diálogos de paz entre el Gobierno y el ELN

Ejército de Liberación Nacional -ELN- Colombia




Comisión facilitadora civil para los diálogos de paz entre el Gobierno y el ELN / Martes 5 de febrero de 2013



La rueda de prensa de la Comisión Facilitadora Civil para los Diálogos de Paz entre el Gobierno Nacional y el ELN, que se realizará hoy martes, 05 de Febrero de 2013, a las 5 pm, en la Calle 72 Nº 10- 07, en la Oficina 905, que corresponde al despacho del Ex-Procurador General de la Nación, Jaime Bernal Cuellar.

La rueda de prensa estará relacionada con los secuestros de los Ingenieros de Minas y profesionales de la empresa Geo Explorer, ocurrido en el Sur de Bolívar el pasado 18 de enero por el ELN; e, igualmente, con el perpetrado en el nororiente del país en contra de los alemanes Breur Uwe y Breuer Günther Otto, según lo anunciado el día de ayer. Así mismo, se abordaran las expectativas de paz con dicho grupo armado.

La Comisión Facilitadora Civil fue creada para ofrecer su concurso humanitario cuando se produjeron los secuestros masivos por el ELN en la Iglesia La María y en el Kilómetro 18, en las inmediaciones de la Ciudad de Cali, en el secuestro del Fokker de Avianca que cubría la ruta Bucaramanga-Bogotá y en la Ciénaga de El Torno, próxima a Barranquilla, en los años 1.999 y 2.000. Igualmente, para facilitar que Gobierno y ELN se sentaran a conversar.

Confirmaciónes y más información:

Mario Gomez Jimenez

Secretario

Comisión Facilitadora Civil

315 336 4923